¿Donde esta tu poder?

 

¿Donde esta tu poder?

Dentro de tí, donde siempre está.

 

Tu fuerza no siempre parece fuerza vista desde fuera. A veces es superar una difícil estimulación o luchar heróicamente cuando pensaban que no podrías. A veces es tener calma, habilidad y devoción. A veces es tener la seguridad suficiente para mostrarse asustadx o vulnerable o pequeñx, sabiendo que va a haber más fortaleza almacenada ahí dentro esperando por ti para cuando la necesites.

 

Cuando controlas tu fuerza firmemente al entrar en una sesión, te sorprenderá descubrir que la sensación de tu fortaleza aumenta según juegas. Sumisión, sexo, juegos con dolor: todo aumenta la fortaleza. Según la fuerza del juego supera la timidez, según tú y tu dominante os vais excitando cada vez más, te sentirás más y más fuerte.

 

Cuando no conseguimos controlar nuestra fortaleza, podemos volvernos demasiado pasivxs o demasiado controladorxs.

 

2ª parte

 

Lxs bottom que se quedan atascadxs en el papel pasivo suenan quejicas, dependientes, que no paran de pedir, pegajosxs —lxs tops pueden llegar a sentir claustrofobia a su alrededor. A menudo se muestran reacixs a dejar a sus dominantes saber lo que quieren o lo que les gusta («¡Sólo quiero hacer lo que tú quieras!»).

 

Lxs bottom atascados en el otro extremo, que dirigen excesivamente, son mandones, pesadxs, a veces infantiles, siempre pidiendo y pidiendo «hazme esto y esto otro y quiero esto también». [Do-me queens]. Tienes derecho a satisfacción y la responsabilidad de obtenerla de manera adulta y con comunicación directa. Cuando manipulas a tu dominante, fallas en ayudarle en su rol de dominante, quitándole autoridad y arruinando la sesión.

 

Si sientes que estás siendo demasiado pasivx o que diriges demasiado, ¿qué puedes hacer?. Te sugerimos que empiezes por preguntarte ¿por qué no me estoy dando permiso para pedir de una manera directa lo que quiero?.

 

Tus dominantes no pueden leer tu mente. Pero pueden, de todos modos, disfrutar escuchando qué te interesa, y pueden decirte qué les interesa. Cuando todxs ponen sus deseos sobre la mesa, es más fácil pensar cómo crear una sesión que haga que todo el mundo esté a gusto. El ejercicio de Si-No-Quizá puede ser util aquí.

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